miércoles, 7 de enero de 2009

El Café...



El Café…



La cafeína es la sustancia psicoactiva más popular del mundo,
ya que ninguna otra puede igualar su alcance y su grado de aceptación.
Esta “droga” está… legal y culturalmente… tolerada en todas las sociedades del mundo.


Sus fuentes más comunes, el café y el té, son enormemente populares.
Si a eso le añadimos todas las bebidas gaseosas con cafeína que existen,
queda claro por qué la cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida.

…Generalmente, el mundo suele inicia el día con un desayuno
que suele incluir una buena taza de café o té entre sus elementos.
…En la actualidad disponemos de los más diversos utensilios de cocina
que nos facilitan la labor.
Paseando por estos mundos de internet, he encontrado imágenes curiosas al respecto,
posiblemente ‘’elaboradas’’ por adictos cafeteros en momentos de ‘’psicoactividad cafeinita’’…

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Probablemente la mayoría de los seres humanos
se encuentren bajo la influencia de la cafeína la mayor parte del tiempo.
Pero el té y el café son dos cócteles químicos complejos,
que pueden ofrecer beneficios inesperados para la salud…

Los restos hallados de las primeras civilizaciones agrícolas (alrededor del 10.000 a. C.) demuestran
que el café fue uno de los primeros cultivos que se implantaron.

Siempre se ha valorado la cafeína: en 1475 la legislación turca convirtió en motivo de divorcio la incapacidad
de un marido de ofrecer suficiente cantidad de café a su esposa.


En 1819 el químico alemán Friedrich Ferdinand Runge fue el primero en aislar la cafeína del café.
La cafeína es un alcaloide que estimula el sistema nervioso central.
La cafeína pura es una droga moderadamente potente que a veces se administra como anfetamina.

En pequeñas dosis, como son los 150 mg que suele contener una taza de café filtrado,
aproximadamente, aumenta el nivel de atención y favorece el estado de vigilia.
Sin embargo, la cafeína también acelera el ritmo cardíaco y respiratorio,
y fomenta la producción de orina.
En dosis más altas, provoca nerviosismo y ansiedad,
y a partir de los 10 gramos, es letal para el ser humano.
En pequeñas dosis, la cafeína aumenta el nivel de atención y favorece el estado de vigilia.

''La cafeina parece bloquear varios de los efectos perjudiciales del colesterol
que causan la filtración en la barrera hematoencefálica.''
Dr. Jonathan Geiger, Universidad de Dakota del Norte.

Su taza de café en las mañanas podría estar haciendo algo más que ayudarlo a despertar.




Según un nuevo estudio una dosis diaria de cafeína podría reducir
el riesgo de demencia bloqueando los daños que causa en el cerebro el colesterol.
Anteriormente ya se había vinculado al café con una reducción en el riesgo de Alzheimer,
una forma de demencia.
Pero ahora el estudio de los investigadores de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de
la Universidad de Dakota del Norte explica por qué ocurre este efecto.
La cafeína parece proteger al cerebro de los daños causados por el colesterol.

Protección
La investigación, publicada en Journal of Neuroinflammation
(Revista de Neuroinflamación) afirma que una dosis diaria de cafeína protege
a la llamada barrera hematoencefálica (BHE).

La BHE es una barrera vital entre el cerebro y el abastecimiento sanguíneo del organismo
que impide la penetración de sustancias tóxicas y permite el paso de nutrientes y oxígeno.
Estudios en el pasado han demostrado que los altos niveles de colesterol en la sangre
atrofian la BHE volviéndola permeable.
Y ésta ya no es capaz de proteger al sistema nervioso central del daño causado
por la contaminación sanguínea.

Para reducir la demencia se recomienda una dieta sana baja en grasas y hacer ejercicio.
Esta permeabilidad de la BHE ocurre en varios trastornos neurológicos, incluida la enfermedad de Alzheimer.
El estudio fue llevado a cabo con conejos alimentados con una dieta rica en grasas.
Los científicos dieron a los animales 3 MG. de cafeína cada día,
el equivalente a una taza de café para un adulto de talla promedio.
Después de 12 semanas, los análisis de estos conejos mostraron que su BHE estaba
en mucha mejor condición que en conejos que no recibieron la dosis de cafeína.

Filtración
"La cafeína parece bloquear varios de los efectos perjudiciales del colesterol que causan filtración en la BHE"
afirma el doctor Jonathan Geiger, quien dirigió el estudio.

"Los altos niveles de colesterol son un factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer,
quizás porque compromete la naturaleza protectora de la barrera hematoencefálica".

"Y por primera vez logramos demostrar que el consumo diario de cafeína protege a la BHE de
la filtración provocada por el colesterol", agrega el investigador.
La cafeína, dicen los autores, es segura, está disponible fácilmente y su capacidad para
estabilizar la BHE significa que podría jugar un papel importante en los tratamientos
para trastornos neurológicos.
Los expertos subrayan, sin embargo, que todavía falta confirmar estos resultados en humanos.

Pero como se sabe que el alto nivel de colesterol también causa problemas cardiovasculares,
se recomienda consumir una dieta sana baja en grasas y
hacer ejercicio para reducir los riesgos de la enfermedad.

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La cafeína pasa al torrente sanguíneo a través del estómago y el intestino delgado,
y sus efectos comienzan a notarse al cabo de sólo 15 minutos de su consumo.

Una vez que entra en el cuerpo, la cafeína permanece en él durante horas:
se tardan unas 6 horas en eliminar la mitad de la cafeína consumida.

La cafeína pertenece al grupo químico de la xantina.

La cafeína actúa bloqueando los receptores de la adenosina neurotransmisora,
que suele tener una acción inhibidora y está relacionada con la aparición del sueño.

También eleva los niveles de dopamina y estimula la segregación de adrenalina,
una hormona de lucha o huida. La cafeína también actúa en otros puntos del cuerpo,
de forma que incrementa el ritmo cardíaco, constriñe los vasos sanguíneos,
relaja las vías respiratorias, mejora la respiración y hace que algunos músculos
se contraigan más fácilmente.


Se tardan unas 6 horas en eliminar la mitad de la cafeína consumida


Uso del café como pesticida


El café puede ser también un repelente de los caracoles y las babosas respetuoso con el medio ambiente.

Los jardineros saben desde hace tiempo que los cultivos de café pueden ahuyentar a las babosas,
supuestamente por su aspereza; sin embargo, el simple vertido de una jarra llena de café (frío)
sobre la base de los rosales quizás sea una solución más permanente.


La cafeína actúa como una potente neurotoxina para estas plagas viscosas,
según aseguran los científicos el Departamento de Agricultura de EE.UU. en Hawai.


Dado que no está permitido utilizar ningún sistema químico convencional de control de babosas y caracoles,
hay que recurrir urgentemente a una solución alternativa.
La fumigación de cafeína en una concentración del 1-2 por ciento ha resultado ser una solución efectiva
para la eliminación de los bichos.


Sin embargo, se trata de una disolución bastante concentrada
(una taza de café instantáneo contiene alrededor de un 0,05 por ciento de cafeína) y
podría llegar a dañar la flora.
Afortunadamente, con la concentración que contiene una taza de café,
las babosas parecen perder su apetito, por lo que supone un método eficaz de protección de las plantas.



Café y memoria


Algunos estudios sugieren que, aunque una taza de café humeante puede ayudar a despertarse por la mañana,
es posible que afecte a la memoria a corto plazo.


En una investigación llevada a cabo para determinar los efectos de la cafeína sobre las personas
que sufren un trastorno del lenguaje denominado afasia, los investigadores demostraron que
las personas que habían recibido una dosis de 200 mg de cafeína
(equivalente a dos tazas de café bien cargadas)
tuvieron más problemas para encontrar la respuesta correcta que las personas
a las que se les había administrado un placebo.

Los investigadores del Trinity College de Dublín han sugerido que la cafeína puede mejorar la atención
cerrando algunas conexiones cerebrales.


A la inversa, algunos estudios recientes han descubierto que los tés verdes y negros
inhiben la actividad de ciertas enzimas básicas del cerebro asociadas a la memoria.


El trabajo puede conducir al desarrollo de un nuevo tratamiento del mal de Alzheimer,
ya que parece que el té tiene el mismo efecto que los fármacos diseñados para aliviar sus manifestaciones.


El mal de Alzheimer está relacionado con la existencia de unos niveles bajos de una sustancia química
llamada acetilcolina en el cerebro, y los científicos han descubierto que
tanto el té verde como el té negro inhiben la actividad de la enzima acetilcolinesterasa (AChE),
que descompone dicha sustancia química esencial.

También han descubierto que ambos tipos de té inhiben la actividad de una segunda enzima,
denominada butirilcolinesterasa (BuChE), que se ha encontrado en diversos depósitos de proteínas (placas)
hallados en el cerebro de los pacientes de Alzheimer.

Células de té: crema solar y panacea

Según un estudio de la Escuela Médica de Harvard y la Universidad de New Hampshire,
el té puede mejorar el sistema inmunológico humano.

El té contiene unas sustancias químicas llamadas antígenos alquilaminas,
que están presentes en algunas bacterias, en las células cancerígenas,

en los parásitos y en los hongos.

El consumo de té expone a nuestro sistema inmunológico a la acción de estas sustancias químicas y
contribuye a combatir las infecciones.

Los antígenos de alquilamina estimulan la producción de las bien llamadas células T gamma delta,
que forman la primera línea de defensa de nuestro organismo contra las infecciones.
En las pruebas realizadas con infecciones simuladas, las células T se multiplicaron
en el organismo de los consumidores de té y segregaron sustancias químicas para

combatir las enfermedades.

También se descubrió que, en comparación con ellos, los consumidores de café

no muestran una respuesta mejorada.

Los estudios previos sobre los beneficios del té para la salud se habían centrado
en las propiedades antioxidantes de algunos de sus constituyentes.
Los antioxidantes destruyen los radicales libres del cuerpo,
a los que se considera responsables de la degradación del ADN celular.

Según sugieren diversos estudios presentados en una reunión de la Sociedad Americana de Química,
el té también puede ayudar a bloquear la acción perjudicial de la radiación ultravioleta sobre la piel.



De hecho, el té es una crema solar bebible, aunque para conseguir el mismo efecto por vía oral,
habría que beber un mínimo de 10 tazas de té al día.
El efecto protector procede de los polifenoles del té, que pueden impedir el desarrollo
de los cánceres de piel no melanómicos.

El filtro solar evita que la piel absorba la radiación UV de la luz solar,
pero los polifenoles –que se encuentran tanto en el té verde como en el negro–
actúan tras la exposición al sol mediante la inhibición de una conexión química en la que participa
una enzima llamada JNK-2, que desempeña un papel importante en el desarrollo de los tumores.
Los niveles de JNK-2 en la piel aumentan con el grado de exposición a la luz solar y se mantienen
en cotas elevadas cuando la piel recibe dosis excesivas de radiación solar.
Cuando los niveles de JNK-2 se mantienen en cotas elevadas, es más probable que se desarrolle un cáncer de piel.
El consumo de té contribuye a combatir las infecciones

Los estudios han demostrado que la aplicación tópica del té con polifenoles
bloquea la formación de JNK-2 y
puede resultar un ingrediente muy útil en la formulación de filtros solares.
Curiosamente, la puesta en remojo en té frío siempre ha sido una forma de conseguir
un falso bronceado instantáneo, aunque poco duradero.


...Leo por estos mundos de internet...... lo siguiente...

*
''En la playa yo nunca me bronceo; me tuesto.
Me emborracho solo para poder "sacarme la resaca" con un café bien cargado.
Quisiera reencarnar como una jarra para café.
La fecha de mi cumpleaños fue propuesta como día de fiesta nacional en Brasil.
La cocaína me deprime.
Puedo teclear un promedio de sesenta palabras por minuto... ¡con los dedos de los pies!
Cuando se me acaba el café chupo la taza.
Soy capaz de bostezar o estornudar mientras mantengo los ojos abiertos.
Estuve a punto de bautizar a mis perros "Crema" y "Azucar".
Tengo una foto de una jarra para café en mi jarra para café.
Alguna vez pensé cambiar oficialmente mi nombre por Juan Valdez.
El otro día le dije a una amiga, que vive fuera del país:
"I'm just another regular joe".

Uno de los pocos consuelos que tengo -ya sabemos lo de "mal de muchos..."
- es saber que comparto mi debilidad con verdaderos grandes de la historia,
lo que me lleva a pensar que puede que no esté tan mal la cosa.


Napoleón Bonaparte, Oliver Wendell Holmes, T.S. Eliot, John D. Rockefeller Jr., Mark Twain...
todos encontraban dificil elaborar un pensamiento coherente antes de su primera taza de café,
y todos supieron ensalzar la noble droga con sus palabras.


Digno de mención aparte es el caso de J.S. Bach,
quien dedicó toda una cantata (su Kaffee-Kantate, de 1732) al deleitable elixir.Me encantaría poder seguir desahogándome acerca de mi cafeino-dependencia,
pero me acabo de dar cuenta
-con gran alarma, además-
que mi taza de café se quedó vacía.


Ahora solo puedo pensar que necesito con urgencia una taza de
qahwa, kope, kaffe, kalawa, coffee... café por cualquier otro nombre,
con tal de poder volver a mi habitual estado de cafeinado nirvana.
''


*