domingo, 7 de diciembre de 2008

Pimientos rellenos de setas y arroz...

Pimientos rellenos


de


setas y arroz



Ingredientes... Para 4 personas



  • 16 pimientos de piquillo para rellenar

  • 100 g de cebollas

  • 200 g de setas

  • 100 g de arroz

  • 1 diente de ajo

  • ½ L de salsa Vizcaína

  • 1 rama de perejil



Salsa vizcaína
Pochar la cebolla hasta que tome color, después añadir los pimientos choriceros previamente rehidratados, rehogar ligeramente, ligar con un poco de harina, mojar con 1,5 l de fumet o fondo según gustos o posteriores aplicaciones bien para pescados o para carnes o verduras. Dejar hervir unos minutos. Triturar y tamizar.
Elaboración:
Cocemos el arroz en agua con sal y cuando esté cocido lo escurrimos y reservamos.

Las setas las cortamos en tiritas y las salteamos con la cebolla y el ajo. Mezclamos con el arroz.
Rellenamos con esta mezcla los pimientos y los horneamos a temperatura de 200º C.
Posteriormente introducimos los pimientos en la salsa Vizcaína y dejamos que den un hervor.
Espolvoreamos con perejil picado en el momento de servirlos.


La bouillabaisse


(bullabesa)












...Leo por estos mundos de internet... la receta de este plato... del que solo he oido el nombre... ya que... a pesar de ser una gran amante del pescado... lo mas próxima que he estado de él... es nuestra ''Caldereta''... junto con nuestra sopa de pescado... con una variedad de este tipo de peces... la mayoria de las veces de roca y espinosos... pero de gran sabor... y de mas sencilla elaboración


...Conservo la receta en su totalidad... pues poco sé de de su procedencia... historia y elaboración... y para mostrarme el reto de hacerlo sin tardar... y entonces darle las gracias a este argentino que dice ser imposible el realizarla...

''...Los pocos que me han pedido la receta de esta sopa de pescado habiéndola comido por aquí o por allá, hecha por Monsieur Paul o Gerard, simplemente e alegremente la quisieran ejecutar en su casa. ¡Imposible! Y si fuera posible no la comerían así como tradicionalmente ha de hacerse, con pequeños pescados de roca enteros llenos de espinas, cosa muy adversa al estilo de comer pescado en Argentina, donde todo tiene que ser espinado, si no, ¡ah, las espinas! Y hacer una sopa de pescados, cualquiera, no sólo la bullabesa, con filetitos de cazón (pollo de mar para los ilusos) y rodajas de atún (salmón blanco de mar, que de salmón no tiene nada) u con otro ofrecimiento turbio de nuestro pescadero (que al fin no tiene la culpa), lleva a un resultado distinto de las reconocida sopa de pescado francesa, italiana, portuguesas o española.
Otra gran contra, en Argentina, es que no hay cultura del pescado fresco, aquél que viene coleando todavía de una pequeña lanchita. Así que no teniendo incorporada la cultura de las espinas, y del pescado chico, con la terrible desconfianza o directamente rechazo al pescado, ¿qué alegría puede esperase de comensales así constituidos cuando se le presenta una bullabesa?
No obstante, si por milagro, el voluntarioso ejecutor de una bouillabasse encontrara al mismo tiempo y en el mismo espacio los ingredientes básicos para prepararla aquí va la receta con un poco de historia.
Tuve la suerte, en mis años mozos, de sentarme a la mesa de restaurantes del puerto de Marsella, frente a los barcos amarrados o en Martigues a cinco kilómetros de Port de Bouc descubriendo la novedosa bouillabasse en un ambiente de estrechas callejuelas donde las lucecitas exteriores de las casitas donde la preparaban y el aroma circundante todavía está vivo en mis recuerdos...





Bouillabaisse
Hay tantas recetas de bullabesa como cocineros de Provenza; cada uno hace lo que puede con los pescaditos que tienen a disposición o con la categoría de cliente que platican en sus mesas.


Seguramente se empezó a hacer con los feos, coloridos pero muy espinosos pescaditos que viene de una pesca variada. Nadie quiere limpiar unos espinosos monstruitos, atrayentes pero delicados otros, haciendo malabarismos a la hora de comerlos, sacando poca carne y un montón de desperdicios. Por eso cuando esta sopa sale de la esfera de quienes aprovechaban pescados no vendibles, los ingredientes originales se sustituyen por otros con menos espinas o nada de espinas y para quienes podían pagar el agregado de costosos crustáceos como la langosta. Así que modernamente los ingredientes para incorporar a la bullabesa son motivo de interminables discusiones, y lo única que resuelve la larga polémica es el bolsillo. Sin embargo hay siempre un procedimiento básico para prepararla.



Apelando a la filología, la palabra en provenzal es bouiabaisso de género masculino, en francés se transforma en ‘bouillabaise’ por la contracción de los verbos franceses ‘bouillir’ y ‘abaisser’ (hervir y reducir el fuego), o de ‘bouillir’ y ‘baisse’ que significa hervir desechos o pescados no apto para ser vendidos como los golpeados o machacados. Me quedo con esta última conclusión.



Yo creo que lo más apreciable de una bullabesa tradicional es la sopa y los ‘croûtons’ con la salsa ‘rouille’ (herrumbrada, por el color), los de los pescaditos es una laboriosa final, que para el que tiene paciencia, puede apreciar la carne de cada pescado hervido en la sopa. También los pedacitos de carne pueden incorporase a la sopa, así tener un sabor más completo.



Hay muchas versiones sobre el descubrimiento de esta sopa de pescado. Por ejemplo del noble señor inglés que luego de huir del cólera de la ciudad de Niza se refugió en un pueblo cercano a la orilla del mar y dada la importancia del personaje la dueña del establecimiento se esmeró para prepararle la mejor sopa de pescado con trece tipos distintos. Hay más autorías. Siempre alguien quiere llevarse los laureles de lo que siempre existe: la tradición generada casi siempre por la necesidad. Casi seguramente la bullabesa se impuso en la Costa Azul, gracias al descubrimiento de Cannes como lugar de turismo.



La bouillabaise pude considerarse compuesta de tres preparaciones: el caldo o la sopa que se come primero con rodajas de pan duro frotado, untado y tostado y completado con salsa ‘rouille’, y de los pescados que se sirven a parte. No obstante en Marsella se reivindica la más tradicional, con rodajas pan casero de unos días sin nada. En Martigues se le pone papas o con la variante de servirla ‘negra’, con sepias y su tinta.

Lo tradicional es servir los pescados y el caldo por separado. El caldo es vertido sobre unas rebanadas de pan casero seco (ni frito ni tostado), también puede servirse con cuscurros frotados con ajo o con salsa rouille.Hay restoranes que sirven el caldo y pescado juntos.En Marsella, que reivindica hacer la versión realmente clásica de la bouillabaisse, se emplea pan rústico, que se denomina marette y que ni se tuesta ni se unta con ajo, no se emplean mejillones, ni tampoco mantequilla.La cocina provenzal cuenta también con otras sopas de pescado que son variantes de la bullabesa.En Martigues, a unos 60 km. de Marsella, a la orilla del lago Berre, (agua salada) es costumbre presentar esta última con patatas (cocidas aparte) y hacen, asimismo, una bullabesa «negra» (con sepias y su tinta).También son típicas las bullabesas de sardinas y de bacalao, lo mismo que la bourride, (el caldo una vez colado es ligado con un ali-oli, la “autentica” de Sete se hace solo con mero), y el revesset, (bullabesa verde del puerto de Toulon).



Ingredientes para el caldo de pescado (fumet largo)
  • 2 litro y medio de agua fría,
  • cabezas (congrio, rascacio, etc) y
  • colas de pescados, espinas, recortes,
  • 1 cangrejo;
  • 1 zanahoria tierna cortada,
  • 1 cebolla chica en cuartos,
  • 1 puerro en rodajas anchas.
  • Un ramillete guarnecido (bouquet garni) formado por blanco de apio, una hoja de laurel, estragón, medio diente de ajo, perejil con pocas hojas.
  • Un vasito de vino blanco seco.

Llevar a la ebullición y mantenerla suave durante un máximo de treinta minutos.


Durante este tiempo espumar y sacar la veladura de grasa que se puede formar.


Debe resultar claro y limpio. Apartar, colar con un chino.


Tenerlo a mano y caliente.



Ingredientes para la bouillabaise -

  • Un decilitro de aceite de oliva,

  • una cebolla mediana,

  • dos blancos de puerros,

  • medio kilo de tomates peritas pelado, sin semilla y picado,

  • 2 dientes de ajo picados,

  • una cucharada de perejil picado gruesamente,

  • una hoja de laurel,

  • una brizna de tomillo,

  • una ramita de hinojo.

  • Gotas de anís y... azafrán en hebras (importantes).

  • Sal.

  • Pimienta.

  • 50 gramos de manteca.


Pescados:

  • 3 kilos de pescados (mitad de rocas) como doncella, serrano, gobio de mar, raspallón;
  • 4 cangrejos, cigala de mar, Una o dos pieza según el tamaño de pescados como rascacio, tráchina, sargo, trilla, rodajas de congrio parte central, pez san pedro (infaltable),
  • cigala de mar.

Preparación


En una cacerola de fondo muy ancho y borde bajo, verter el aceite, la cebolla y el puerro picados. Rehogar sin colorear. Agregar los pescados grandes en trozos, limpios, sin cabezas, los cangrejos, la cigala de mar en trozos (si son chicas, enteras); a los muy pocos minutos de los chicos que pueden ponerse enteros, eviscerados y escamados. Revolver a fuego fuerte. Agregar los dientes de ajo picados, laurel, tomillo, hinojo, tomate, pimienta molida y en granos. Unas gotas de anís y las hebras de azafrán picado y calentado. Salar bien sin exceder. Agregar caldo de pescado hasta cubrir y el trozo de manteca. Llevar a fuego vivo durante quince minutos, durante el cual la arte grasa y el caldo se ligan dando a la parte líquida luna consistencia cremosa. Apagar el fuego, escurrir los pescados con cuidado a no despedazarlos, y presentarlos en una fuente colorida. Servir la sopa en un plato hondo sobre las tajadas de pan frotadas con ajo, rociadas con aceite de oliva y tostadas puestas en el fondo. O simplemente untadas con salsa rouille.



Salsa Rouille
Ingredientes:

  • 2 dientes de ajo,
  • media cucharadita pimienta de cayena,
  • 50 gramos de miga de pan,
  • 12 erizos de mar,
  • 200 cc. De aceite de oliva,
  • sal,
  • leche.
  • Pan tipo baguette de unos días.


Preparación:


Poner a remojar la miga en una cantidad necesaria de leche.


Machacar los ajos en un mortero con la pimienta de cayena y las huevas o gónadas de los erizos.


Exprimir la miga y agregarla al contenido del mortero, trabajar con el pilón para obtener una consistencia pomada.


Agregar progresivamente el aceite de oliva trabajando como para obtener una mayonesa.


Salar a gusto.


Es importante servir este la sopa y los pescados a su cocción ultimada, sin esperas, para aprovechar todo su sabor, textura, en su momento justo.


De igual importancia es la salazón, justa, y el equilibrio que aporta el sabor del hinojo, anís y del azafrán, Este debe predominar con su color y sabor.


Todo depende de la experiencia de quién hace la bouillabaise. ¡Son años!...''

...No soy cobarde... lo intentaré cualquier día...