Panetone...
Sus leyendas…
Es inevitable al pensar en las Navidades no asociarla a un árbol de Navidad...una mesa hermosamente decorada y un hermoso Pan Dulce en ella.
Costumbres venidas de países europeos y particularmente de Italia donde se originó este maravilloso pan y donde las Navidades suelen estar cubiertas de nieve y con varios grados bajo cero, donde se justifica su ingesta al estar tan lleno de frutas y de calorías.
A través de los años personas que fueron emigrando de un país a otro fueron trasmitiendo estas costumbres que traspasaron continentes, países, ciudades, pueblos y aldeas, logrando formar parte de uno mismo.
Informaciones obtenidas dicen que hay distintas leyendas que narran el nacimiento del Panettone italiano.
Y si analizamos su nombre Panettone lo asociamos inmediatamente a un pan grande.
Éstas son algunas de las leyendas que se conocen.
Una de ellas dice que alrededor del siglo lX en el norte de Italia acostumbraban a festejar entre las familias el solsticio de invierno que es cuando el sol se encuentra en uno de los dos trópicos.
El solsticio se produce entre el 21 y 22 de diciembre o sea unos días antes de la Navidad.
Las familias solían reunirse alrededor de una hoguera encendida donde el jefe de familia tomaba un pan grande y lo repartía entre todos para comerlo con respeto y en silencio.
Era considerado un pan especial para una fecha especial y señal de Buenos Augurios.
La otra leyenda cuenta que el duque milanés Ludovico Sforza II Moro, quien era protector de Leonardo Da Vinci, quiso festejar de un modo especial las fiestas del año 1495, mandando preparar exquisiteces acordes a la riqueza de la corte milanesa.
Y el postre, lógicamente, iba a ser el toque final de dicho banquete.
Sucedió que se quemó el postre y el pánico invadió a toda la cocina.
El cocinero estaba pasando su peor momento, cuando por casualidad, advierte que un aprendiz de su cocina llamado Toni, había elaborado un pan a escondidas con las sobras de los ingredientes utilizados para el postre. Le había agregado frutas y la intención era llevárselo para su casa.
En la desesperación el hombre se lo quitó y lo presentó en la mesa del duque.
Los comensales al probarlo quedaron encantados.
Ludovico preguntó quién lo había hecho y cuál era el nombre del postre.
El cocinero llevó a Toni frente al Duque y le dijo que éste, todavía no tenía nombre.
Se decidió entonces ponerle ‘’il pane di Toni’’, panettoni.
Con el tiempo pasó a llamarse Panettone, posiblemente por alguna deformación que se produjo con el nombre.
La última....... cuenta una historia de amor entre un noble de la época de Ludovico y una campesina alrededor del año 1490.
Dado que este joven aristócrata llamado Ughetto Atellani de Futi se había enamorado perdidamente de la plebeya, para poder verla se vistió como un hombre pobre y fue a trabajar como aprendiz en la pastelería del padre de Alcira, su enamorada.
Pero llegó un momento en que el negocio no rendía y comenzó a decaer, entonces a Ughetto se le ocurrió elaborar un nuevo pan al que le agregó manteca, huevos, frutas confitadas y aromatizado con limón y naranja.
Se transformó en un panettone con mucho éxito y los milaneses acudían a la pastelería a comprar este pan para deleitarse con el sabor y aroma que desprendían estos panes.
Qué hay de verdad en todas estas historias no lo sabemos quizás todas tengan algo de cierto y la creación del Pan Dulce haya comenzado con un poco de cada una.Lo que sí sabemos es lo lindo que es vivir y fantasear con estas leyendas, que al final... y quizás gracias a ellas, cada Navidad disfrutamos del Pan Dulce que hay en cada mesa de Navidad!...
Panettone milanés…

Con estas proporciones salen 2 panes grandes o 3 medianos
INGREDIENTES
70grs de levadura fresca
1cda de azúcar
2cdas de harina
1/2 taza de agua tibia
6 huevos grandes
1 taza de azúcar total 200grs
1cda de miel
1/4 taza de coñac
1cda de agua de azahar
1cdta de canela
1cdta de nuez moscada
1cdta de jengibre en polvo
1kg de harina
1cdta de sal
300grs de manteca pomada o blanda
100grs de pasas de uva negra
100grs de pasas de uva blanca
100grs de nueces picadas
100grs de almendras picadas
200grs de cáscara de limón y naranja abrillantada picada
100grs de gotas de chocolate
PREPARACION
Poner en un recipiente la levadura desgranada, el azúcar, la harina y el agua tibia.
Mezclar bien todo y dejar tapado 10\' aproximadamente.
Aparte, poner en otro recipiente los huevos, el azúcar, la miel, el coñac, el agua de azahar, la canela, la nuez moscada, el jengibre, mezclar un poco estos ingredientes hasta unirlos.
Agregar la levadura fermentada e ir incorporando de a poco la harina cernida con la sal, intercalando con trozos de manteca, batiendo con pala de madera hasta que se incorpore bien, continuar así hasta terminar con la harina y la manteca.
Si notamos que para formar la masa es necesario más líquido, agregar agua tibia, siempre en pequeñas cantidades para no pasarnos de líquido.
Una vez formada amasarla durante 10 minutos como mínimo o hasta que la notemos sedosa y que no se pegue en la mesa.
Colocarla en un bol ligeramente enmantecado o enharinado, cubrirla con papel film o nailon y dejarla reposar para que se relaje bien en un lugar cálido y lejos de corrientes de aire, hasta que duplique su tamaño, alrededor de 30 minutos.
El tiempo de levado varía de acuerdo a la temperatura ambiente del lugar. Una vez levada retirarla del bol y dividirla en tantas partes como panes queramos hacer, bollar cada uno y dejarlos en reposo nuevamente hasta que leven.
Mientras mezclar toda la fruta y dividirla por la cantidad de panes, para que la fruta sea pareja en todos.
Tomar un bollo apretarlo un poco con el puño para desgasificarlo y estirarlo o abrirlo un poco con las manos para distribuir la fruta en forma pareja.
Amasar para que la fruta se acomode y volver a formar un bollo y dejarlo reposar cubierto sobre la mesa, unos 30'.
Esta misma operación se repite con los otros trozos de masa.
Luego se vuelven a bollar y se ponen en los moldes elegidos, previamente enmantecados y dejarlos levar bien para luego hacerles un corte en cruz con un cuchillo bien afilado.
Pintarlos con huevo batido y llevarlos a un horno moderado durante 50 o 60 minutos o hasta que al pincharlos con una aguja de tejer fina, ésta salga seca.
Retirar, enfriar sobre rejilla y abrillantar con jalea o con almíbar.
Decorarlo con cerezas abrillantadas o glaseadas y con trozos de nueces y pasas.